LA RELIGIOSIDAD

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SUMARIO

 

LA VISITA DE LA VIRGEN DE FÁTIMA

La Virgen de Fátima, que recorría toda España, llegó a la Puebla el día 23 de noviembre de 1950, procedente de Villanueva de San Juan. Fue recibida con mucha devoción y entusiasmo. Estuvo en la Puebla durante tres días, permaneciendo abierta la iglesia parroquial todos los días y las noches que estuvo aquí la imagen de la virgen. Salía todos los días el Rosario de la Aurora, y la imagen lo acompañaba en procesión. Al terminar los tres días se trasladó a Morón de la Frontera.

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LOS CAMPANILLEROS DE LA AURORA

Los “campanilleros de la aurora” eran un conjunto de cofrades de la Hermandad de la Virgen de los Dolores; estos tocaban y cantaban el Viernes de Dolores por la mañana, le cantaban a la Virgen y en las casas de los hermanos, donde eran obsequiados con bebidas y dulces caseros.
Entre las canciones que cantaban había una con estas letras:


Cuando sale la Aurora
de noche a visitar,
la alegría y el gozo
del pueblo sin igual

Los hermanos
de las campanitas
por calle y plazas
salen a pedir;
no le temen
ni al agua ni al viento
ni a las malas noches
que suelen venir.

También se cantó otra canción con estas letras:

En la villa Puebla de Cazalla
calle de Mesones ¡Oh Madre de Dios!,
se han quemado todas nuestras ropas
sin poder salvarlas el Hermano Mayor.
También se quemó...
unas muestras con que estaban escritos
los diez mandamientos de la Ley de Dios.
Asomarse, cristianos, y ved
de pedir limosna la Madre de Dios
socorrerla con lo que se pueda
pa comprarle el manto que se le quemó.
Y es de admiración...
que la hostia por chica que sea
tiene cuerpo y sangre de Nuestro Señor.

Estas letras también se cantaron:

Esta Aurora que arranca el vuelo
a las doce en punto de la madrugá
visitando puertas y ventanas
y a tos los hermanos de nuestra Hermandad
y con humildad...
te pedimos que pases alegre
el viernes Dolores con felicidad.

Esta Aurora que a ti te cantamos
en tu Santa Misa con gran devoción
te pedimos Madre Dolorosa,
que tú desde el Cielo
nos des la bendición.
Y con mucho amor.....
tus hermanos de las campanitas
vamos a compartir tu gran dolor.
Y con esto termina mi copla
porque ya en mi lengua
no hay explicación,
solo digo que María es pura,
porque el Evangelio así lo contó.
Todos a una vez.....
los cristianos decimos alegres
que viva el misterio de la Encarnación.

LOS ROSCOS DE SAN BLAS

Desde los tiempos remotos, el 2 de febrero, día de San Blas, todos los niños y niñas de la Puebla van a la iglesia parroquial llevando unos roscos ensartados en una cinta de seda y atados con un lazo para ser bendecido por el cura párroco en la puerta de la iglesia, acompañados siempre por los padres o por un familiar. Estos roscos, llamados “de San Blas”, son compuestos de huevos, harina, canela y algunas especias más, y también acompañan a dichos roscos otros mayores hechos de pan con unos piquitos semejantes a una corona de espinas.
Se dice que antiguamente, a la vez de la bendición de los roscos, sacaban las reliquias de San Blas, que estaban en un cáliz de plata, pero esta reliquia no la recuerda ya nadie; no se sabe si desaparecieron en el año 1936 cuando incen¬diaron la parroquia de Nuestra Señora de las Virtudes.

LAS CRUCES DE MAYO

Antiguamente todos los días 3 de mayo, día de la Santa cruz, hasta el 9 del mismo mes, en todos los patios se ponían altares con cruces adornadas con encajes, velas y flores naturales; todos los días se rezaba el rosario, se cantaban y se bailaban seguidillas (después se cambiaron por sevillanas), a veces acompañadas de acordeón, bandurria y guitarra.
Estas eran unas fiestas muy típicas, que nunca se debían de haber perdido.

 

LA PROCESIÓN ANTIGUA DEL CORPUS

La procesión antigua del Corpus se celebraba con mucha devoción y sentimiento religioso, sobre las calles alfombradas con hierbas olorosas y juncias traídas de la sierra. Las ventanas y balcones lucían colgaduras, como colchas y mantones de Manila. Salía primeramente la antigua Custodia adornada con espigas de trigos y racimos de uvas, detrás salían las imágenes de Maria Auxiliadora, San Antonio, el niño Dios, san Luis y varias mas; el personal iba en filas con velas encendidas y cantando canciones religiosas, en algunas casas había altares con imágenes donde se exponía el Santísimo donde se celebraba el acto correspondiente al mismo.

LA PROCESIÓN DE SAN MARCOS

A primeros de siglo y algún tiempo después se celebraba la procesión de San Marcos, y salía en procesión la imagen de dicho santo desde la ermita hasta la parroquia. A esta procesión la llamaban “La Letanía de San Marcos”, porque se cantaba y se rezaba la letanía durante su recorrido. Esta la organizaba la Señorita Maria Calderón, con la ayuda del cura párroco el padre Cotán; este era un cura muy popular porque se remangaba la sotana. La Reina Isabel II le regaló un cáliz de plata.

LOS ANTIGUOS ACTOS RELIGIOSOS

Las antiguas ceremonias religiosas se celebraban en la Semana Santa de la siguiente manera:
Empezando por el Jueves Santo, esta consistía en el llamado Lavatorio, donde el párroco le lavaba los pies a doce hermanos de la hermandad del Cristo; los cofrades llegaban vestidos de túnica con capirote, estandarte y velas encendidas: era un acto muy fervoroso.
El Viernes Santo, a las tres de la tarde, había en la parroquia otra ceremonia que se le decía de “las tres horas”; esta ceremonia la presidía un año el Cristo de la Vera Cruz y otro el Cristo de las Aguas, alternativamente. Estas imágenes eran expuestas en el Altar Mayor presidiendo dicha ceremonia, un acto de religiosidad donde se recordaba las tres horas que estuvo Jesucristo agonizando en la cruz.
Las antiguas “Prácticas”, (hoy novenas, quinarios y septenarios) se celebraban al entrar la cuaresma: consistía en la celebración de la Eucaristía, cantándose unas canciones religiosas por muchachas jóvenes de esta localidad, estas eran Carmela Cobos, Mariquita Núñez, Gregoria Moreno, las Hermanas Santos y otras más. Terminando dichas practicas con una predicación de un sacerdote que por regla general era de los frailes Carmelitas de Osuna.
En las Prácticas, había un hecho muy peculiar: se trata de que, al terminar los cantos religiosos dedicados a las imágenes titulares, se levantaban dos hermanos, cogían dos insignias y recogían al padre predicador de la sacristía; lo trasladaban delante de las imágenes a las que se dedicaba el acto religioso y oraba para recibir inspiración en su predicación; y una vez cumplido este requisito lo conducían dichos hermanos portando insignia al púlpito, donde predicaba.
Una vez terminado el sermón, volvían otra vez con el padre a la sacristía.

EL DOMINGO DE VISITA

El “domingo de visita” se celebraba el domingo primero después del de Resurrección. Salía el cura bajo palio, para darles la comunión a los impedidos que no podían ir a la Iglesia y lo recibían en sus casas; estas personas eran inválidos y otros que, por su enfermedad, estaban imposibilitados para salir a la calle. Esta procesión pasaba por las casas de todas las personas que querían comulgar. El personal acompañante iba en filas, con velas encendidas y entonando cantos religiosos.
También salía la Eucaristía a la calle cuando una persona moribunda pedía la comunión, y entonces salía el cura llevándola acompañado de un monaguillo, tocando este una campanita.

EL TOQUE DE LAS CAMPANAS

Primeramente tocaban las campanas por la mañana y de madrugada para las primeras misas que se celebraban por las mañanas, -por las tardes no se celebraban misas,- para los días festivos, tocaban en la víspera, a las doce del día anterior; a las ocho de la tarde tocaban por las almas del purgatorio y se le llamaba el toque de las Ánimas. Se tocaba a las diez de la noche, que se le llamaba toque de Agonía, cuando había un fallecimiento; si el fallecido era varón daban siete campanadas, y si era hembra cinco campanadas.
También se tocaba el Ángelus todos los días a las doce de la mañana; el día de los Difuntos, el 2 de noviembre, casi toda la noche tocaban las campanas a muerto, y al fallecer un pequeño doblaban las campanas a gloria.

LOS ANTIGUOS ENTIERROS

Los antiguos entierros se celebraban de forma muy diferente a los de ahora. En aquellos tiempos los dolientes, acompañados por amigos y deudos, marchaban a la parroquia donde esperaba el cura con el organista y se rezaba un responso; a continuación salía el clero con los dolientes y amistades, el cura, organista y, según la categoría del entierro, con más personal el clero con cruz alzada. Todos estos marchan a casa del difunto, que es recogido y llevado, casi siempre a hombros, por amigos y familiares hasta la salida de la Puebla, con el clero cantando composiciones fúnebres. A la salida del pueblo termina con un responso ante el cadáver y posteriormente traslado al cementerio, de donde el personal vuelve a casa del difunto, en la cual desfilan dando “En paz descanse” a los familiares, volviendo luego el clero a la Iglesia.
Estos entierros tenían tres categorías: los de primera clase llevaban cruz alzada acompañada del clero, sochantre y a veces otros que sabían cantar cantos fúnebres, vestidos de sotanas y sobrepelliz, doblaban las campanas de la parroquia y del convento; este entierro, como es natural, era el más costoso.
Los de segunda clase, también cruz alzada, con el cura y el sochantre, el sacristán y dos monaguillos que acompañan a la cruz con chirríales, solamente doblaban las campanas de la parroquia.
El entierro de tercera se llamaba “de caridad”, y había menos ceremonia: la cruz sencilla, el cura y un monaguillo, solamente daban tres campanadas, el difunto era transportado en una caja o ataúd que había para los entierros de caridad, propiedad de la Hermandad de la Virgen de los Dolores, y al llegar al cementerio era volcado el difunto en el hoyo que ya le tenían preparado en la tierra.

EL DÍA DE LOS DIFUNTOS

Antiguamente, el día de los difuntos consistía en encender un farol que tenían las tumbas con cruces, estas tumbas estaban en el suelo, ya que en aquellos tiempos aún no había nichos en las paredes, y se adornaban con coronas y flores naturales, sobre todo crisantemos. También se les encendían en las casas mariposas, siempre ante un cuadro de las Ánimas del Purgatorio, durante 9 días y a veces un mes.
En la Iglesia se celebraba, después de la misa, el toque de Réquiem de las campanas, desde primeros de noviembre hasta el día 2, ya que terminaban las misas de la mañana que por aquel entonces se celebraban, no habiendo misas de tarde. Días antes, salían los monaguillos a pedir por las casas con unas espuertas donde recogían melones, membrillos, etc.
A medianoche se oía el doblar de las campanas, dando una impresión espeluznante.

 

LOS PREGONES DE JESÚS

Los Pregones de Jesús eran un canto litúrgico, mezcla de gregoriano con algo de flamenco; estos pregones se cantaban en el sermón de Jesús en la madrugada del Viernes Santo en el convento de San Francisco delante del paso, antes de salir Jesús a la calle para hacer el tradicional recorrido de penitencia. Se componían de cuatro partes: el de Judas, el de Pilatos, la Oración en el Huerto y por último el del Ángel.
Los últimos que cantaron dichos pregones fueron Manolo el de las Cabras, Álvaro Trigueros “El Pollo”, “El Colorao”, Carmelita Moreno, y otros. Desaparecieron dichos pregones en el año 1945, cuando los prohibió un párroco nuevo llamado Don Antonio Rasco, que vino por haber fallecido el anterior. Parece ser que a este sacerdote no le caían bien los pregones y los quitó radicalmente, así desapareció un cante tradicional que se venía celebrando desde hacía siglos en la Puebla.

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EL REBAÑO DE MARIA

El Rebaño de María vino a la Puebla el año 1895; se fundó en el antiguo hospital de la Ermita por la Madre Encarnación y su misión era enseñar los deberes y la religión a los pequeños. Había entre ellas un capellán dominico que se llamaba el Padre Patarín, y todos los días iban a las puertas del cementerio, que estaba cerca, a rezar el rosario por los difuntos allí existentes. Sobre el año 1905 al 1910 se trasladan al Convento de San Francisco por encontrarse cerrado por la marcha de los padres franciscanos por la ley de Mendizábal. Su labor es admirable en la enseñanza y en las labores. En el año 1936 es incendiado el convento, todo arrasado por las llamas, y estas monjas se refugian en casas particulares de la vecindad, vistiéndose de seglares hasta la llegada de las tropas nacionales, en que fueron otra vez restituidas en sus puestos. Se dio la circunstancia que llegaron extremistas forasteros que quisieron prenderle fuego a la residencia de éstas, oponiéndose a ello José Moreno “Palanca”, hijo del dirigente de izquierdas de entonces. Este buen hombre se portó con amor a la humanidad, y tuvo que luchar con aquellas turbas desalmadas. Hoy estas monjas gozan de mucha simpatía y admiración en la Puebla, y se destacan los niños que son educados por ellas.
Este año de 1995 se ha celebrado en el Rebaño de Maria, con motivo de su primer centenario, varios actos religiosos y una exposición en la Casa Hermandad del Cristo, donde se exhibían trabajos y labores de antiguos alumnos, así también como objetos históricos de dicha comunidad.

LA VIRGEN DE LA MOLINETA

La virgen de la Molineta es una loza grabada con la imagen de una Virgen, que se encuentra en la fachada de la Guardería Infantil en la calle la Cilla, y que apareció hace muchos años, cuando excavaban los albañiles los cimientos para levantar la pared de un molino de aceite. Al hacer dicha pared fue colocada en ella la mencionada loza, adquiriendo tanta devoción que iban los creyentes a rezarle, particularmente durante la guerra civil, que pedían por su terminación y por sus seres queridos que se encontraban en el frente.
Esta Virgen fue tan milagrosa que se cuenta que hizo que un cojo echara a andar, y cuya muleta estuvo colgada junto a la Virgen mucho tiempo, hasta que dicho molino fue adquirido por José Mª. Oriol para hacer la Guardería Infantil, en cuya fachada todavía se conserva la imagen de la Virgen de la Molineta.

LA TIERRA DE SAN JOSÉ

San José el de la ermita, el patrón de la Puebla, tenía una fanega que le donó al morir Teresa Moreno de Guerra, (que además repartió tierras entre sus primas hermanas, ya que no tenía herederos directos) para que nunca le faltara la luz. Actualmente no se sabe el camino que cogió dicha tierra ni de quién es.
Esta señora está enterrada en la ermita junto a su esposo, como dice en la lápida que hay delante de San José.

ENTRONIZACIÓN DEL SAGRADO CORAZÓN

Era el día 18 de octubre de 1942, cuando en el Ayuntamiento de la Puebla de Cazalla se entroniza el Sagrado Corazón de Jesús. Vino el entonces cardenal Segura, y se entronizó una imagen en el Ayuntamiento, poniéndose a la vez una loza conmemorando dicho acontecimiento en la fachada del mismo. Era en esa época el alcalde Joaquín Herrera Blanco.

DONACIÓN DE TIERRAS

Una señora llamada Rosario Moreno dona a la Virgen del Rosario (imagen que había en el Convento de San Francisco antes de ser incendiado) seis fanegas de tierra para el culto, para flores y limpieza del altar. Curiosamente, de esto no se sabe nada: la virgen desapareció y al parecer, una Hermandad que tenía dicha Virgen, también.

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